Mi afición por el coleccionismo cervecero empezó por las etiquetas. Esta afición tiene la particularidad de hacer ampliar el campo de acción. A todos nos ha pasado que, empezando por una clase de objetos, acaamos coleccionando diez cosas diferentes a la primera. Después de las etiquetas vino la cristalería, luego las botellas serigrafiadas y por fin la breweriana en general. Poco antes de cerrar la fábrica de Palma, hablé con el distribuidor de las cervezas de la localidad de Sóller, hermoso pueblo con un no menos hermoso puerto, el qcual me dijo que Todavía (año 1998) sobrevivía una banderola de la marca Pripps (1985) en una calle de dicho pueblo. Al estar situada en una calle estrecha y a fin de que no fuera dañada al paso de los vehículos y camiones, estaba a cierta altura respecto de la calle, por lo que se había mantenido a salvo tanto de los vehículos como de las personas. Estábamos en el ocaso de la fábrica y, aunque todavía no tenía el gusanillo por toda la breweriana mallorquina, vi que era una oportunidad única para hacerme con un símbolo de la marca emblemática de aquellos años. Yo pregunté al distribuidor si el tenía los medios (escalera, mano de obra) para desclavarla, yo se lo pagaría todo. Hasta aquí los antecedentes. No obruve respuesta del distribuidor, tal vez porque eran muchos problemas y poco el beneficio...

Pasaron los años, y esporádicamente, venía a mi memoria el tema de la banderola olvidada.

En 2010, topé con otro buen colega cervecero, David, y nos propusimos visitar las callejas de Palma  y de los pueblos de la isla en busca de letreros, anuncios, luminosos, etc, que aún sobrevivieran y, por lo menos, fotografiarlos, para dejar constancia. Entonces yo apunté a ir a Sóller en busca de la banderola de Pripps.

Pero por motivos de horarios nunca concretamos el día para ir a dicha localidad.

David y yo somos asiduos de los mercadillos y rastros de Mallorca. Hay un vendedor (nosotros lo llamamos "el de la furgona") que, generalmente, tiene cosas interesantes de cerveza. De hechoel nos ha suministrado cristalería y breweriana en general para nuestras colecciones. El último domingo que visitamos y que nos suministró varias piezas antiguas, nos dijo que tenía un letrero Pripps. Al pedirle más detalles, dijo que se trataba de un luminoso de forma pentagonal. En seguida caí en la cuenta de que se trataba de un luminoso o banderola. La tenía en su tienda de Palma. Acordamos en ir a su tienda a verlo y así lo hicimos. Fui a buscar a David y, juntos, fuimos hasta la dirección del vendedor. El vendedor es una persona afable, nos conoce y nos enseña su tienda. Sabe que somos buenos clientes. Aquello es la torre de babel en cuestión de antigüedades, muebles, aparatos, cuadros, anuncios, envases, hierros forjados, cerámicas, etc,... no cabe ni un alfiler, pero en un desorden armónico y acogedor. Y allí, sobre una mesa antigua, estaba el letrero luminoso, la banderola de Pripps.

Después de más de 40 años volvía a ver un luminoso de Pripps, estaba en un estado de conservación más que aceptable. Al estar colocado en una calle estrecha, el sol no lo había decolorado, tan sólo algo de óxido en el marco de metal.​

Después de el clásico regateo, de pedir y ofertar, nos hicimos con la banderola. Ya es parte de la historia de la cerveza en Mallorca. Sus medidas (78 x 74 cm) dan idea de lo grande que es si uno quiere instalarlo en casa, pero ya la hallaremos un sitio adecuado.